jueves, 1 de septiembre de 2016

MORTECNIA


















           I

AL ESTABLECER un final
para tres años de muerte
morirá la muerte misma.
     Liquido la fantasía,
luego ahorco la memoria,
al final, en la conciencia
no me atormentará el crimen.
     Cae el dejo de esperanza,
la espera dejo, en espera
de que me deje este páramo.


          II

CON ALMA fría sepulto
las llaves del firmamento
y me distancio desnudo.
     Arduamente me domino
por callejones de hielo
entre ángulos de navajas.
     Mientras ando me prometo
(nunca de vuelta la frente)
no volver y no volverme,
pues con la mirada el cuerpo.




         III

AL TERMINAR el transcurso
un silencio me acaricia,
vierte oleadas de veneno
en mi interior, sobre un niño
que en cada parte de Venus
me contaba de un futuro.
     Siento decirle: -Te amo.
     Respondo con entusiasmo,
lo cree, yo mismo lo creo...
su sonrisa ya me irrita.


          IV

VIENE EL TREN, quedan segundos.
     Los alfileres del aire
clávanse en mi alma que es viento;
poco puedo contra el filo
de las vías que succionan
y algo de mi ser reclaman.
     El rostro del niño interno
se transforma al escucharme:
     -Mi sonrisa es porque sé
que no te veré de nuevo.
















          
         V

VA LLEGANDO el tren. Me alienta
el terror en sus pupilas:
contra su espalda mi mano
y atravesando mis labios,
una carcajada herida.
     Escucho bien el acero,
silbido, motor y engranes,
mas he alejado sus gritos
y aún los míos rechaza
aquel oído inmutable.




          VI

SE DESDOBLA su sonrisa
en la fricción de los rieles;
ahora estallan sus ojos
para no hablar de paisajes
cuando veo el matadero;
sus brazos ya no darán
calor a esta miseria.
     La vitalidad se fue
al destruir mi interior,
sin embargo aún respiro.


          VII

AL EMPRENDER el regreso
viene una voz tras de mí,
creo intenta confundirme;
que todo tiene remedio,
que tengo el perdón del niño..
     Si acaso lo resucito
y la esperanza regresa,
no sería más que un
animal sin voluntad;
prefiero quedar vacío.




   
       VIII

CUANDO ME he dividido
y es sólo el cuerpo el que avanza
descubro que mi cerebro
es por sí sólo razón.
     ¿Pero qué sentido lleva
el acto sin sentimiento?
Sin alma soy inhumano,
como máquina o vegetal;
y me la quise arrancar
pues ella cargaba el daño.


          IX

INCONSCIENTEMENTE en casa,
cierro la puerta, enciérrame
sensación de no sentir;
y los pasillos larguísimos,
mobiliario, todo inerte.
     Como negando su fin,
imagino que mi alma
aún ahora me acompaña,
sólo es viento en la ventana,
no la veré entrar en mí.






         X

SALGO ANHELANDO encontrarla,
volver a mi estado humano;
llego a las vías del tren, 
lugar donde fui vaciado,
pero ya no está mi esencia,
fuera del cuerpo no existe,
al separarnos fue nada,
me hallo entre objetos objeto,
huelo mi putrefacción.
     La muerte por fin completa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

No olvides SUSCRIBIRTE! :D