jueves, 30 de junio de 2016

NO PUEDO SER OTRO PLANETA



Vete Astronauta, yo haría lo mismo si tuviera también un traje acolchonado y un casco semejante a un satélite; tal como luces mientas te desplazas semi-flotando hacia tu cohete estacionado en mi Olympus Mons, la cumbre más alta de toda la Vía Láctea (si por algo me gozo es por tener monumentos así en mi existencia.

-Olympus Mons-
Me enorgullezco de ello, no hay iguales en ningún rincón al que puedas dirigirte. Vas de regreso a la Tierra, su monte Éverest no es ni la tercera parte de mi Olympus Mons, y tengo además la Hellas Planitia, el Valles Marineris; ahí está mi consuelo, estoy y soy orgulloso, lo sabes. Yo puedo solo con el futuro). 

…Ah, no obstante, si yo fuera también un astronauta, me iría igual; pero soy Marte, el planeta de la guerra y no puedo sino permanecer en mí, pues además de todo, soy egoísta, rencoroso y los impulsos de mi materia alcanzan a nublar mi atmósfera. 

Entiendo que quieras volver a la Tierra, sí; jamás lo sabrá nadie, pero la envidia me provoca levantar tolvaneras. Me imagino si yo fuera como ella, o como tú, y pudiera encontrar una afinidad así, ser de tal manera que algún cuerpo celeste anhelara ser mi satélite y halláramos tal sincronía de ritmos rotativos y traslativos. 

-Hellas Planitia-
Astronauta, márchate sin mirarme, no eres el primer habitante de la Tierra que se va de mí con la misma sensación de escarmiento. Yo nunca he tenido climas tropicales, no estoy cubierto del coral, de manto acuífero vibrante de olas, de animales como juguetes musicales, de hojas de color rojo, verde y marrón. Despega de mí porque yo nunca dejaré de ser frío, a veces helado, sísmico, impenetrable como los metales. 

No te lo diré, ya que me abandonas, y eso en mi Ley es un delito de muerte; además soy orgulloso como ya mencioné, no cambiaré mis condiciones geológicas, sobretodo porque es imposible, como lo son la mayor parte de los sucesos hermosos en mi destino de esfera. No te lo diré, pues soy un guerrero batido, pero en realidad celebro el viaje que comenzarás ahora que los sistemas de tu cohete arranquen; de hecho cuando dejes sobre mí la ráfaga incendiada de tu nave, festejaré tiñendo mis cielos en todos sus estratos de un tono diferente de la gama de rojos, anaranjados y amarillos; lo haré con la euforia que me da la conciencia de que volverás a la dicha terrestre. 

-Valles Marineris-


Pero no vuelvas la vista sobre mí o sobre mis lunas Fobos y Deimos, tampoco me extrañes, ni pretendas venir después, entonces mi atmósfera será ya ultra-electrizada y te pulverizaré,
-Fobos y Deimos-
así como tu amada Tierra desintegra con su capa de ozono a los asteroides que se le acercan; te lo advierto, lo juro, y te amenazo con iniciar una guerra si claudicas.  

Deja que en mi vacuidad me alegre de que mi Astronauta predilecto podrá alcanzar la vida estable y elísea como si por primera vez fuera a entrar en contacto con ella. 

1 comentario:

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